Garachico, entre la lava y la leyenda: Una joya reconstruida al borde del Atlántico
- Cécile Barrès
- 28 abr
- 3 Min. de lectura
Elegí inaugurar esta sección dedicada a las ciudades y a los pueblos destacables del norte de Tenerife con Garachico , porque mi pueblo, aunque situado unos kilómetros más arriba, forma parte del mismo municipio😊

Un ambiente auténtico
Garachico seduce por su tranquilidad (¡a pesar de la afluencia de turistas, sobre todo los fines de semana!) y su fuerte identidad . Es un pueblo de singular belleza; Enclavado entre las laderas del volcán y la inmensidad del océano, esconde una historia rica y agitada.
Un pasado forjado a fuego... y vino
Fundado a finales del siglo XV por un banquero genovés, Garachico se convirtió rápidamente en uno de los puertos más importantes de Tenerife.
Gracias a su situación estratégica, el pueblo gozó de una gran prosperidad durante los siglos XVI y XVII, sobre todo gracias al comercio del vino Malvasía, entonces muy popular en Europa, especialmente en Inglaterra.
Barcos ingleses, flamencos y españoles hacían escala aquí para cargar este vino dulce de aromas potentes, cultivado en los valles volcánicos de los alrededores. Esta actividad permitió al pueblo adquirir ricas residencias, conventos y un floreciente tejido comercial. Garachico se convirtió entonces en un auténtico centro económico y cultural de la isla.
Pero este ascenso se vio bruscamente interrumpido en 1706, cuando una erupción del volcán Trevejo (también llamado Arenas Negras y mencionado en un post dedicado a los volcanes del noroeste de la isla) desató una destructiva colada de lava. En pocos días, el puerto quedó sepultado, los almacenes y casas del paseo marítimo fueron destruidos, y Garachico perdió su papel de ciudad comercial frente a otros puertos, como el Puerto de la Cruz.
Sin embargo, el pueblo no desapareció. Se fue reconstruyendo poco a poco con profunda resiliencia y hoy conserva numerosos testimonios de su época dorada.

Un centro historico lleno de encanto
Pasear por las calles empedradas de Garachico es como retroceder en el tiempo. El centro histórico, catalogado como Bien de Interés Cultural, alberga magníficas casonas canarias con balcones de madera, bonitas plazas sombreadas, conventos e iglesias.
Entre las visitas imprescindibles:
- La Plaza de la Libertad, corazón vivo del pueblo. 
- El Convento de San Francisco, hoy transformado en centro cultural y museo. 
- La iglesia de Santa Ana, reconstruida con sobriedad tras la erupción. 
- Y el Castillo de San Miguel, una pequeña fortaleza del siglo XVI frente al océano, vestigio del pasado defensivo del puerto. 
Charcos, un baño de lava
A los pies del pueblo, las famosas piscinas naturales de El Caletón se formaron por la lava durante la erupción de 1706. Hoy ofrecen un lugar único para bañarse en verano, entre rocas volcánicas y rocío marino.
En invierno, el acceso puede estar cerrado dependiendo de las condiciones meteorológicas y la peligrosidad del océano. 🤨
Fiestas y tradiciones vivas
Garachico es también un pueblo muy apegado a sus tradiciones. A lo largo del año se celebran diversas fiestas populares, a las que volveré en una próxima entrada dedicada a este tema.
¡En febrero o marzo, Garachico también celebra el carnaval! En un ambiente familiar y acogedor, coloridos desfiles, música, bailes y disfraces invaden las calles del pueblo. Es una gran oportunidad para vivir la calidez de las tradiciones locales, escapando de los "baños de multitudes" de los grandes carnavales de Santa Cruz o Puerto de la Cruz. 😊





















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