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Descubriendo Tenerife: entre volcanes, tradiciones y modernidad

  • Foto del escritor: Cécile Barrès
    Cécile Barrès
  • 21 may
  • 3 Min. de lectura

Situada en el océano Atlántico, frente a las costas de Marruecos, Tenerife es la mayor de las ocho islas del archipiélago canario, un territorio español marcado por una sutil mezcla de influencias europeas, sudamericanas y africanas.


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Con una superficie de más de 2.000 km² y cerca de un millón de habitantes, la isla ofrece una sorprendente diversidad de paisajes, climas y ambientes.


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Está dominada por el Teide, un volcán que culmina a 3.715 metros (la cumbre más alta de España), cuya silueta marca fuertemente el relieve e influye en las condiciones climáticas. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este gigante es el corazón geológico y simbólico de la isla.


Una breve mirada a la evolución económica


  • Durante varios siglos, la economía de Tenerife se basó en la agricultura: la caña de azúcar, la vid (especialmente el vino de malvasía muy apreciado en Europa) y el plátano constituyeron los principales recursos de la isla. Pero en el siglo XX, Tenerife también experimenta dificultades, que provocan una importante ola de emigración, especialmente hacia América Latina.


  • Un giro importante se produce en la década de 1960, con el rápido crecimiento del turismo costero. El desarrollo de infraestructuras modernas, la construcción de aeropuertos y de estaciones balnearias transforman poco a poco la economía - y el paisaje - de la isla, sobre todo en su parte sur.



Norte y Sur: dos caras contrastantes


Tenerife es a menudo descrita como una isla de contrastes :


El sur, más soleado pero árido, concentra la mayoría de las grandes estaciones turísticas (Playa de las Américas, Los Cristianos...). Cuenta con largas playas, una animada vida y modernas infraestructuras.


El norte, más verde y húmedo, ha conservado un carácter más auténtico y tradicional. Descubre pueblos históricos (como Garachico, La Orotava o Icod de los Vinos), una naturaleza exuberante y un turismo más rural y tranquilo.


Este contraste da a la isla una identidad rica y variada, que seduce a los visitantes con deseos muy diferentes.



Tenerife hoy


Hoy en día, el turismo es el principal motor económico de la isla, aunque la agricultura (especialmente el plátano) y los servicios conservan un lugar importante. Tenerife es también una tierra de acogida y mestizaje, donde perduran las tradiciones canarias a la vez que se abre a una población procedente de todo el mundo.


Con su clima suave y primaveral durante todo el año, sus paisajes volcánicos, bosques, playas, pueblos típicos y numerosas fiestas, Tenerife es una isla a la vez accesible y sorprendente, ideal para practicar senderismo, relajarse, descubrir... o instalarse 😊


Una isla frente a los desafíos del turismo


Pero esta atracción también tiene sus inconvenientes. El rápido desarrollo del turismo de masas tiene consecuencias concretas en la vida cotidiana de los habitantes:


• El mercado de la vivienda es cada vez más tenso: muchas viviendas se transforman en alquileres temporales, lo que reduce la oferta para los residentes y hace subir los precios. En algunas aldeas, los jóvenes o las familias locales tienen dificultades para encontrar alojamiento.


• Los recursos naturales (agua, energía, espacios naturales) están bajo presión, especialmente en períodos de alta afluencia.


• Algunos sitios muy frecuentados sufren de sobreturismo, en detrimento de su conservación y de la calidad de vida de los habitantes.


Ante estos retos, se hace necesaria una reflexión sobre cómo conciliar la acogida de visitantes —fundamental para la economía local— con la preservación del medio ambiente y de la vida social.


El futuro de Tenerife pasa, sin duda, por un turismo más sostenible, respetuoso y equilibrado, que valore las riquezas naturales y culturales de la isla… y que proteja al mismo tiempo a quienes viven en ella.

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